15 junio 2009

Caravan Life



Regreso sana y salva a estas líneas luego de un tiempo largo sin decir ninguna cuestión. No me las he estado dando de misteriosa y desconocida como diría el ilustre Mario Hugo, sino que me fui de Moree y por lo tanto me quedé sin Internet, dispuesta a vivir una vida libre de enchufes y arraigos tecnológicos. La verdad este último tiempo el conectarme hacía un poco que no me desapegara del todo del terruño donde los dejé a todos ni de los cabritos que se desparramaron fuera del país. Necesitaba un poquito de aislamiento, pero no aguanté mucho y aquí estoy de nuevo. Lo de la onda ermitaña sirvió eso sí y han pasado varias cosas en este tiempo chicuelos y chicuelas.

Para comenzar me largué de la apacible vida en Moree, la lluvia nos estaba jugando una mala pasada y no se dignaba a desaparecer y conspirar contra nuestra linda pega de palitos. De hecho, el jefe nos fue a ver a nuestra casa cuando dejó de llover un poco, para decirnos que podíamos volver al día siguiente y que manejaríamos una moto 4x4 para no quedar embarradas en el campo de porotos. La raja! Pensamos todas, ahora sería todo más entrete aún y dejaríamos nuestra vida de dueñas de casa esperando a nuestros sostenedores masculinos. Pero al rato se puso a llover y el jefe dio el veredicto: no se vuelve hasta unos días más.

Suficiente tiempo sin hacer nada para nosotras, sobretodo cuando nuestra gran meta gran, es juntar plata para ir a Tailandia y otros países aledaños en agosto. Es barato ir, pero hay que trabajar a full este tiempo que queda. Así que chao Moree y jefecito querido, nos viramos de aquí dejando humito porque el pozo millonario no lo hacemos nica si seguimos en este pueblito.

Dijimos adios a nuestros amiguines y las tres partimos hacia el norte de Moree, en el estado de Queensland, un lugar trazado por ciudades pintorescas a la orilla del Pacífico, espíritu Surf y verde, mucho verde adornando el panorama marino. El destino era Gatton, un poco más al interior, pero a un poco más de una hora del mar y Brisbane, la tercera ciudad más grande de Australia.

La travesía para llegar fue todo el fin de semana, porque como buenas chiquillas no nos da la vejiga más de dos horas, así que parada al baño, a comer, a mirar algo lindo, yadayadayada. De todas formas fue muy entretenido y relax, a ese ritmo se puede mirar mejor, sacar fotos en movimiento desde la van y pegarse con la gente y los lugares que pasamos.

Llegamos a Gatton el lunes 1 de junio, dispuestas a encontrar pega al toque. Los primeros días dormimos en la Van en un Caravan Park, los cuales están en todos los pueblos y son como un camping con puras casas rodantes que ya no ruedan, pero sirven de prácticas casas para mochileros o solitarios empedernidos.

Mientras, empezamos a llamar a medio mundo para hallar pega, las primeras respuestas fueron bien desesperanzadoras. Fue inevitable frustrarse un poco, lo cansador del viaje, el estar un poco más solas, hicieron que esos días se pusieran un poco angustiantes. Al mismo tiempo, me empecé a encantar con el lugar, una ciudad más grande que Moree, verde verde, con harto parque; y el Caravan, con muchos backpackers o mochileros de todos lados, sobre todo ingleses y orientales. Por eso, Gatton tiene un poco más de ruido que Moree con la invasión de todos estos extraños jovenzuelos y de paso, tres tipical chilean chiquillas paseando por las tiendas de ropa usada.

Este es un tópico que no he tocado. Acá, en el pueblito más chico porque es más chico te encuentras con Op Shops, que vendrían siendo la ropa usada de allá, generalmente asociadas con la caridad como las del Salvation Army y las cruz roja u otras organizaciones. Encuentras chucherías de todo tipo muy barato, y por supuesto ropa. Es la mejor opción para el mochilero que no quiere gastar ni uno. Yo ya hice uso de ellas obviamente y me compré un tazón re pulento con pinturas de Tolouse Lautrec a 50 c, un collar de madera rojo a 1 dólar, un polerón de polar a 4 dólares para la pega (porque acá puta que hace frío) y un par de calcetas abrigadas a 3 dólares.


Ustedes se preguntarán por qué gastar plata cuando no tienes trabajo. Lo mismo me preguntaba yo en su momento, el arrepentimiento vino después. Pero no duró mucho porque tuvimos suerte y luego de un par de días y gracias a los datos de la gente del Caravan, conseguimos pega en una granja de vegetales orgánicos. Lo entrete es que cada día te toca algo distinto que hacer, empezamos la semana cortando tomates, luego hacemos desmalezado de un campo de zanahorias (por eso me duele el cuello) y recogimos zapallos.

En la pega trabajamos puras minas, tres irlandesas, un par de inglesas y tres taiwanesas. Las más simpáticas lejos son las de Taiwan, las cuales tienen nombres artísticos acá en Australia, pues nadie es capaz de memorizarse su nombre en chino mandarín. Es una estupidez, porque claramente con un poco de voluntad te queda en la memoria el nombre de la pobre cabra que tiene que ponerse un nombre en inglés para que los burritos que no saben nada más que la burbuja del anglo sean capaces de nombrarlas. Así que bueno, así es como conozco a la Elsa, la Lily y la Stella, que vienen de Taiwan pero se presentan en envase occidental. En todo caso ellas se ríen y si no les gusta el nombre que la profesora de inglés les dio originalmente se lo cambian. Lily ya ha sido Linda y Julie anteriormente, mientras que Elsa está disconforme con su nombre pero lo prefiere a Tina y Joy, sus nombres iniciales.

Lo más loco es el desmalezado. Sé que suena a una pega del demonio y sí, es re fome, pero lo particular es cómo lo hacemos. Resulta que en la granja tienen un tractor que atrás lleva dos corridas de tres asientos, los cuales puede subir y bajar, dejándolo a ras del suelo para que nosotras en las posiciones más indecorosas, levitemos sobre el campo de zanahorias quitando la mala yerba que por supuesto no tarda en volver a crecer. Así que pega en eso creo que hay para rato.

Arrendamos un Caravan para las tres, para así tener más espacio y hacer de Gatton un poco más hogar. Es chiquito el cacharrito, un poco frío en la noche, pero digno. En la pieza pusimos el colchón de dos plazas que traíamos y ahí hacemos cucharita las tres cabras friolentas para no sucumbir a las bajas temperaturas que han habido en la última semana. No pensé que iba a pasar frío acá, pero sí, es igualito a Santiago con 2 grados en la mañana, así que imagínense los tiritones que me doy a las 5 AM cuando despierto y después en la pega. Lo chori es que al llegar al campo en la mañana, se hace una fogata gigante para temperarse y empezar un poco mejor el día, es bien místico y sirve al menos los 3 minutos que dura la cuestión prendida. Luego las nalgas vuelven a su estado tieso durante horas.

Y así estoy, recordándolos a ustedes mis queridos y queridas, recibiendo sus lindos comentarios que me motivan a tratar de pensar y decir lo mejor posible mis aventurillas canguras. Ah y aún no pasa nada con los koalas, ya no hay ratones y me han picado tres hormigas en lo que va del viaje y puta que duele CTM!!!!! Son mis enemigas número 1.

Saludos especiales al Jimmys, que quiere volver en gloria y majestad al fútbol pero la vida lo hace tropezar y quebrarse una muñeca. Besos padre, ánimo en la recuperación!! A mis sureños que pasen la gripe en medio de la paranoia. Karencilla cuéntame cómo va tu doña cuando sepas noticias. Y gracias por sus recuentos noticiosos, cada uno en su estilo, me gusta la variedad jaja.

Ah! Y Carachini, vivo al lado de la línea del tren!! Y la wea pasa hasta en medio de la noche, ya me acostumbré a su bamboleo. En cuanto lo logre le saco fotos.

Saludos a todos y ya volveré con nuevas huifas que decir.

Soles y energía como diría Del Villar (alguien sabe de él?)