28 diciembre 2009

Tiremos la casa por la ventana...

y de paso al viejo este...

Foto: Melbourne, Victoria, Australia.

Ah! y felices fiestocas...

15 diciembre 2009

Impredecible Australia


Una de las cosas que encuentras cuando decides hacer un viaje es esa cuota de incertidumbre, de no saber dónde estarás al día siguiente ni qué harás con tu tiempo libre en un lugar diferente. Esa pizca de misterio que dista de una travesía organizada, carece de tarifas claras, tours en horario de oficina y que te dice que ante todo eres libre de pisar el suelo que se te plazca.

O en mi caso, acelerar las ruedas de estado en estado australiano, en busca de algo más incierto: Trabajo. Ha pasado una semana desde que ya nos declaramos fuera de la temporada de vacaciones y pasamos a ser desempleadas contando las chauchas, pero ojo! en auto! Al menos casa móvil tenemos, duchas y baño las entrega el gobierno australiano por cada área de descanso que construye a lo largo de sus carreteras y pueblos, en segunda opción está alguna bencinera bien aperada y ya en la línea de la indecencia, una agüita rápida en las partes claves, más pasada al baño del McDonalds. Éste último se ha vuelto nuestro sponsor oficial, al brindarnos wi-fi casi gratis, a lo más nos comemos un helado barato, y enchufes para cargar celulares y computadores. Hay que arreglárselas de alguna forma no? Si hay algo que uno aprende cuando está en las mínimas, es a ser cara de raja. Así sin filtros de por medio.


A pesar de que los bolsillos parecieron romperse y todas las monedas se escaparon por ahí, no nos arrepentimos de nuestras vacaciones, que en un mes nos llevaron al norte de Australia y sus costas del lado este: Fraser Island (travesía imperdible en Australia), Noosa, Agnes Waters y 1770 (El paraíso de la 3a edad, silencioso balneario donde no ronda ni un alma joven), Hervey Bay (Entrete para un paseo familiar), Airle Beach (beauuutifull como diría mi ex granjero) y Cairns. Esta última es una activa y bella ciudad a unos 1700 Km de Brisbane, que no tiene playa oficial y sí muchos cocodrilos (que no logré ver snif!), pero cuenta con una piscina-playa artificial muy bonita y que alegra a sus habitantes y visitantes de todas formas. Si llegan a visitarlo miren harto el cielo en las noches, se divisa la gran cantidad de murciélagos, enormes y ruidosos, imposible no notarlos. La pelea entre uno de ellos y un pájaro por un puesto en un árbol, es uno de mis momentos inolvidables de este viaje. También fuimos a las costas más al sur de Brisbane, la Gold Coast: Surfers Paradise, Burleigh Heads y Coolangatta, zona repleta de cabros chicos que salen del colegio y se van a reventar en su fin de año, los schoolies. Puro carrete carrete teenager.


Pero bueno, luego de más de 4 mil km recorridos, es hora de volver al trabajo y la pregunta es ¿En dónde rayos encuentro pega en esta época? Comienzan los telefonazos a la oficina de trabajo en el campo, el Harvest, visitar su página. Ahí dimos con que en Orange, a tres horas de Sidney comenzaba la época de cerezas (Anda a saber tú por qué el pueblo no se llama Cherry, si ahí ni plantan naranjos), así que pescamos el auto, dijimos chao a la vida playera (pareciendo pescado rostizado en sartén con aceite quemado, de lo tostadas que estábamos) y viajamos 11 horas a Sidney y luego 3 más hacia las montañas para llegar al famoso pueblo con nombre colorinche.

Llegamos hiperventiladas y ansiosas por empezar a trabajar. Llamamos a todos los contratistas y cada uno tenía una respuesta en común: "sorry, no hay pega chiquillas". De loquitas nos fuimos a otro pueblo a 300 km más al sur, Young, donde habíamos escuchado que también se trabajaba en cerezas, pero al llegar nos cuentan que la fiestoca cerecera se había terminado y que en Orange la cosa seguía fijo! Vuelta a lo mismo, nos inscribimos en la oficina de trabajo de Orange y nos instalamos en un campamento con peroles y ollas a ver si algo salía. De por medio las visitas al McDonalds aumentaron, ir a ver el internet era el panorama del día y sin ni uno, vitrineamos en el centro de la cuidad como si fuéramos a vaciar las vitrinas, Ja! Todos con la fiebre navideña acá y nosotras pensando en qué comer en esa fecha que no fueran los escuálidos fideos con salsa que tratábamos de no repetir cada día.

La espera en estos casos se vuelve más insoportable y por supuesto, más incierta. Reconozco que esta vez el misterio me tenía más que harta, quería certezas de una vez! Pero, como buenas viajeras nos fuimos a la aventura, volviendo a que al menos la incertidumbre tuviera cara de "born to be wild": de vuelta a la carretera, el pelo en el viento, la música a todo chancho y todos esos clichés que hacen de un viaje algo más entretenido. Nos aburrimos de esperar y luego de saber de un dato en Shepperton, a unas 7 horas de donde estábamos, nos despedimos de las cerezas sin saber claramente a lo que íbamos, sólo pensando, "si es pega nor sirve".


Partimos de noche, dormimos en el camino y al otro día anunciamos llegada al estado de Victoria, cuya capital Melbourne se nos acercaba poco a poco. En Shepperton conocimos a Kevin un granjero con cara de simpático, cuyo australiano es perfecto: No le entendía ni un carajo!!! Nos dijo que la pega se trataba de damascos y podíamos partir al día siguiente, 7 am y quedarnos en un campo cercano con nuestra carpa. Sonaba muy bien, hasta que por unos franceses nos enteramos que la paga es por cada bin (cajones gigantes) llenados con los minúsculos damascos ganamos 34 dólares y ellos en un día de pega (8 horas aprox.) hicieron 3! Lo cual no nos alcanzaba para ahorrar mucho en poco tiempo. Más encima, tendríamos que pagar 50 dólares cada una por quedarnos en una mugre de campamento! Con la Feña se nos complicó el panorama, llegó la desesperación y las ganas de salir corriendo de nuevo. Pero ahora sí que la plata era mínima!

De pronto recordamos a nuestro ex granjero Steven, con quien trabajamos en Gatton en la temporada de lechugas y brócoli, al cual no habíamos podido ubicar porque estaba de vacaciones. Él nos había dicho que en Victoria tenía un hermano que trabajaba en lo mismo y que para diciembre necesitaría gente en su granja. Hora de hacer una última llamada antes del infierno frutal. Llamo, por suerte contesta y me recuerda al toque: "Cuando quieren empezar?... pueden llegar cuando quieran... necesitan un lugar donde quedarse? Hay una casa donde pueden alojar... la granja queda muy cerca de Melbourne" No faltó mucho para que la carretera nos recibiera una última vez, sin clichés y sólo con la idea clara de que esta semana empezamos a trabajar de nuevo. Mi paraíso lechugero regresa, junto con el tostado granjero y el despertar madrugador.

Así que aunque el gustito a la vida vagabunda y shúper loca se nos va un poquito, al menos comenzaremos a ahorrar para recuperarlo con creces y poder partir a Europa en mayo o fines de abril. Además, estando en el pueblito de Werrabee, a media hora de la ciudad más chori como Melbourne, tenemos panorama de fin de semana y la opción de viajar a otros parajes australianos en nuestro tiempo libre... Si es que tenemos!

Ahí se ven!











13 noviembre 2009

Carretera perdida



Se acabaron los días de caravan. Había que salir de la rutina que ya me estaba dejando pegada en Gatton, de cierta forma, 4 meses ya se estaban volviendo peligrosamente monótonos entre la pega y lo cotidiano de partir al súper, hacer el pedido, lavar la ropa, ver 20 mil veces los capítulos de Family Guy en el PC junto al pierno... Más encima, todos los que fui conociendo desde que llegué al pueblo han ido partiendo a distintos rumbos y nos fuimos quedando los últimos, esperando encontrarnos en algún otro rincón de la interminable Australia.

Luego de un poco más de 2 meses trabajando para recuperar mis ahorros dejados en el Sudeste Asiático, consideré que estaba lista para seguir recorriendo. Los días de empacar vegetales, cortar brócoli a todo sol se terminan por un rato cabritos! Ahora quiero convertir mi tostado fascinante de granja en uno de guata al sol en las playitas de la costa este. Me tomará unos días el borrar la polera que tengo marcada, pero dándome vuelta y vuelta como pescado en el sartén, creo que mi piel lucirá un poco más decente.

Por algo vine a este país: viajar, así que sí, definitivamente 4 meses en Gatton fueron más que suficientes, a pesar de que en medio de las casas rodantes varadas viví unforgetablesss momentss, como las fiestas multiculturales, la fonda del 18, las hamburguesas gratis los miércoles en la iglesia bautista, los amigos y amigas del Caravan Park...

Así que con la Feña, mi compañera de ruta, decidimos cortar por lo sano y no ser como Perico, al comprarnos un tocomocho para poder andar libremente por la vida. La verdad la opción es la más barata para poder conocer lo más posible de este país, pues fíjense que el transporte y el hospedaje son requetecaros. Por ejemplo, por ir desde Brisbane hasta Bundaberg en el norte (unos 350 km de distancia, o sea como de Santiago a Talca??) te cobran 100 dólares en bus! o sea casi 50 lucas! Un dineral que podemos usar para echar unas 3 veces bencina con el estanque lleno en nuestro tocomocho nuevo, avanzando mucho más que 350 km. Además, los buses no llegan a todos lados y he ahí la gracia, poder meterse en rincones inhóspitos, descubrir nuevos lugares, etc.

Partimos a Brisbane el martes pasado junto al Max, nuestro amigo mecánico, pues nosotras sola hubiéramos comprado el auto porque tiene linda la pintura y los asientos, del resto no tenemos idea. Aunque ahora ya sé ver el nivel de aceite y me falta un curso intensivo de cambiar ruedas, pero eso lo dejo para más adelante. Llegamos a una tienda de autos usados con los precios hechos para mochileros. Acá para sacar el registro tienes que ir antes donde un mecánico que te revise la máquina y te diga todo lo que tienes que arreglar para que luego cuando dejes todo tiqui taca él te dé un papelito que te permite sacar el famoso Rego en la oficina de transportes. Tengo amigos que han estado webiando más de dos semanas o casi un mes para lograr pasar el llamado "Safety Check", y a veces por tonteras como cambiar un pernito o porque la pintura está fea en un lado, etc. y recién ahí logran sacar el permiso.


Pero bueno, como wenas chilenas nos fuimos adonde esta tienda que se llama "Kelly's Cars" y te hacen la venta a lo "colombian way" como ellos le llaman. Esto, consiste en que en vez de mandarte a un mecánico que te haga el Safety Check, te mandan a uno que te mira un poco el auto, le mueve unas perillitas y te dice ya, aquí está el papelito para sacar el Rego. Es la forma más rápida, el Max quizo preguntarle al dueño qué pasaría si llega un colombiano a pedir lo mismo, como le dirá que hace la venta, a lo chilean way??

La joyita es un Mazda 323 1.6 de 22 años, es chiquito pero cumplidor y tiene espacio incluso para poner un colchón inflable que tiene la Feña en la parte de atrás, corremos los asientos y cabemos justito, ya lo probamos la primera noche y no dormí para nada mal. La otra opción es ir a un lugar y acampar, le tenemos su buen equipo de camping: 2 carpas, una cocinilla a gas en latitas (pulenta!) el ya mencionado colchón inflable, saco, mantas, cooler y una cajita para la comida. Nos hemos manejado re bien los últimos 4 días, paseando por Noosa Heads y ahora estamos en una playa llamada 1770 (no me pregunten por qué se llama así, yo pensé que se trataba de un pueblo fantasma con gente que aún vive como en el siglo 18, pero no, es sólo un pueblo con nombre de año)

Noosa Heads

En eso estoy ahora, lidiando con el tráfico cambiado hacia la izquierda, creo que estoy acostumbrada pero a veces me tupo un poco. Trato de manejar tranquila y no colapsar con estos australianos que les encanta manejar rápido, lo bueno es que creo que manejan bien, mejor que los chilensis diría yo. La vida itinerante me gusta, es relajante saber que puedes ir adonde te lleve la bencina y el presupuesto alcance antes de tener que volver a las lechugas o las frutas de nuevo.

Town of 177o

Quizá el contacto ahora será más intermitente, pero deje su mensaje cuando quieran, espero saber de todos y yo por mi lado daré señales de donde estaré parando.

Saludos a todos los cabros y cabras!
Ahí se ven!





31 agosto 2009

Remembranzas de un loquillo tour...




Plop! Se renuevan las transmisiones en este intento bitácoro, luego de un veranito de San Juan que no sé si volveré a repetir en la vida, realmente espero que sí! Y bueno chiquillos y chiquillas, para que les voy a venir con cuentos, por mucho que la globalización se supone que conecta a todos y que los medios están a la mano, etc., al final la voluntad humana pesa mucho más y mientras estaba de guata al sol, confieso que no quería ni asomar la nariz en un ciber, lo mínimo para decir que estaba vivita y coleando.

Así que mis cuentos por el Sudeste Asiático se quedaron volando en mi cabecilla loca, para luego de horas y horas de viaje, esperas en el aeropuerto, resfrío de aire acondicionado y tiempo de volver a enchufarse a la vida granjera, llegaran acá en bruto y quizá con menos hiperventilación de cuando se generaron.

Ya no recuerdo en qué quedamos... Creo que en el norte y mi encuentro cercano con el elefante. Aquí debo insertar una tragedia que me quitará la poca credibilidad que tengo: Ya varios me preguntan que onda las fotos y no, no me hago la misteriosa, la verdad es que las fotos no existen, se perdieron de la faz de la tierra y no tengo ninguna prueba de que de veras me subí al famoso bicho. No diré más, porque aún es un tema sensible y lo único que me queda, es inventarme ese paseo de la mano de photoshop, así que desde acá hago un llamado a que alguien me haga una fotito falsa para mentirle a mis futuros hijos.

Y yo, qué hago aquí?

El relajo de Chiang Mai fue pleno. Fue un agrado caminar por sus coloridas callecillas, perderse en el mercado de fin de semana y parar la nariz en los múltiples olores salientes de cacerolas hirviendo. La diversidad es abrumante, hay una mezcla de estímulos visuales, aromáticos y gustativos que no sabes por donde empezar a seguirlos. Para los compradores compulsivos, debo recomendar esta zona de Tailandia, pues todo desde la comida, artesanía, ropa, entre otros menesteres es más barato. Nos daríamos cuenta de esto sobretodo en el sur, donde encuentras a veces hasta el doble los precios del norte.

Los templos también son muy bellos, están por toda la ciudad y quizás son menos parafernálicos que los de Bangkok, pero no por eso menos impresionantes. En medio de la Universidad Budista, encontramos el pagoda más grande de Tailandia, el cual durante mientras pasaban choromil dinastías, intentaban agrandar aún más, como si no fuera suficiente para buda tanto esfuerzo humano. En general todos los templos se destacan por el detalle en la decoración, estos tailandeses no escatiman gastos ni ganas en hacer que la casa de Buda sea la mejor de todas.

Antes de irnos decidimos hacernos un masaje Thai, el cual también recomiendo hacer en Chiang Mai porque sale mucho menos y la buena atención es garantizada. Nos atendieron tres señoras de lo más secas, las cuales nos amasaron durante una hora y salimos realmente levitando del local. Con dedicación machacaron desde la punta de los dedos del pie hasta la cabeza, con una técnica ágil, casi indolora y sobre todo demasiado relajante (porque igual con todos los nudos que una tiene en el cuello es imposible que no te duela nada) Eso sí, si son cosquillosos como yo, aguantense la risa no más, porque te toquetean enterita! Y cuidado con relajarse demasiado, por respeto a la señora amasadora, la cual hasta te lava los pies a la entrada del masaje.


Bangkok de entrada fue locura, llegamos a las 5 de la mañana luego de un agotador viaje en bus y partimos a Khao San Road, la cuadra más loquita y turística de la capital tailandesa. El cuadro no fue muy amigable: en medio del húmedo sopor de la madrugada ingleses copeteados viniendo de vuelta del carrete, putas tailandesas (bellísimas) buscando nuevos clientes y de paso una rata gigante que nos saludó entre los montes de basura armados en el desenfreno de la noche anterior. En ese minuto lo único que una quiere es una ducha y donde caerse muerta por un rato. Conseguimos un hostal con un ventilador chatarriento, morimos un rato y de ahí a conocer lo que más se pudiera para volver a salir de la agotadora ciudad donde habíamos aterrizado.

Si ya en Chiang Mai nos volvimos loquitas con tanto templo, en Bangkok la challa es el triple. Si son fanáticos del arte religioso o quieren llevar su espiritualidad posmoderna al máximo, los templos de aquí son su lugar perfecto. No pueden perderse el Wat Pho, la Golden Mountain, el Grand Palace con el Buda de Esmeralda y el Wat Arun, al cual por falta de tiempo y saturación budista, no pudimos ir.

Bangkok es una ciudad enorme, cuyo movimiento no para y los turistas llegan todo el año en busca de la diversión y atracciones que la ciudad puede otorgar. De todas formas, para mí suficiente los pocos días que pasamos ahí, pues entre el calor agobiante que nos dio el tono brilloso fascinante en casi todas las fotos y la cantidad de turistas que chocábamos en cada rincón, necesité escapar en busca de nuevas cosas que ver. No sabía que la locura tomaría nuevas formas y me seguiría hasta Hanoi.

Good Morning Vietnam!

El zarpazo húmedo de bienvenida se repitió con creces al salir del aeropuerto de Hanoi. El día comenzaba para todos, nosotras, las turistas y ellos, la masa motociclista vietnamita. Podría decirse que gran parte de la vida diaria de estos habitantes se hace arriba de una moto. Niños pequeños, ancianos, comerciantes, oficinistas, etc., de todo se ve arriba de una moto. Lo que más me llamó la atención, fue una vendedora de peces dorados, quien llevaba en un atado de frágiles bolsitas con agua a los intranquilos bichos como si se tratara de cualquier cosa. El peatón casi no existe o al menos, es el que está en menos consideración en la vida urbana de Vietnam. Entre los pequeños pasajes de nombres impronunciables, nos armamos de valor y ganas con nuestras pesadas mochilas, dispuestas a mezclarnos con la fauna ny salir a descubrir esta caótica ciudad.

Cruzar la calle se volvió una hazaña desde el primer minuto. Viajeros que anteriormente habían ido, nos advirtieron de la dificultad, pero aún así no estábamos preparadas para hacerlas de kamikazes. Supuestamente, una debe hacerlo con calma y de manera segura, pues las motos te esquivan sin problema. El asunto es que decirlo es más fácil, pues la cantidad de motos es monstruosa y a eso le sumas los autos e incluso las bicicletas se convierten en armas letales. Tras unos días de práctica, me fue mucho más fácil y entre la desesperación de querer ver algo más que la esquina de una calle, ya me tiraba a la vida, no mirando atrás y esperando que el espíritu vietnamita se impregnara en mí en el instante decisivo. A veces, por supuesto, nos apegábamos a algún local peatón e incluso, a una señora le dimos pena y le faltó tomarnos de las manos y cruzar cual parvularia con nosotras.

Superado a medias el asunto de cruzar las calles, caminar se volvió el mejor tour para esta ciudad, con edificios angostos y largos en altura, mezcla del estilo local y la influencia colonialista francesa. Tiene su no se qué Hanoi, entre su locura innata, el desorden callejero, la gente tomandose las veredas para comer, hacer vida social (sobre todo vida nocturna) y que aún mantiene su autenticidad a mí parecer, pues el turismo no aflora en su esplendor como lo tiene Tailandia. A veces íbamos caminando, y éramos las únicas extranjeras en el lugar, lo cual de todas formas fue un agrado entre tanto turista pelmazo.

Entre los lugares que les recomiendo está el Templo de la Literatura, construído por uno de los reyes en el 1400 si no me equivoco, con el fin de educar chiquillos, incluído los futuros soberanos. Esto daría pie para que luego naciera una universidad de Vietnam. El museo de la guerra también es un imperdible, es chistoso observar que no hay ningún atisbo por ser neutro en el lenguaje de la información que te entregan, a los "curadores" sólo les faltó poner cerdos americanos, lo cual debí haber sugerido en el libro de visitas. Los vietnamitas tienen en muestra cada tanque, helicóptero, pedazo de avión que requisaron de los gringos, con el detalle preciso de cuándo, dónde y quién realizó cada hazaña. Bien instructivamente vietnamita.

La cosa más freak nos pasó en el mausoleo del Ho Chi Min, mentor y líder de la revolución en Vietnam. El señor es venerado al máximo, encuentras de todo de él, libros, postales y su cara en los Dongs Vietnamitas, la moneda oficial. En el mausoleo no podíamos tomar fotos, debíamos entrar bien tapadas y en silencio, haciendo una fila india mortuoria a través de unos pasillos con alfombra roja. Luego, la temperatura baja y entramos a una oscura cápsula fúnebre donde en el medio, resguardado por guardias que ni pestañeaban e iluminado con una tenue luz, descansaba la estatua de cera (suponemos) del líder vietnamita. Fue imposible no pensar que se trataba del Ho Chi Min de a de veras y querer salir corriendo de la extraña recreación que nos habían plantado.

La comida en Vietnam no es tan cara y depende del lugar donde vayas para opinar si te gusta o no. Ahí probé cosas bien ricas, la típica comida oriental con noodles sabrosos, arroz y salsas ricas. Pero también nos pillamos con cosas asquerosas, como el helado más insípido que he probado en la historia de los helados, un pastel que por fuera parecía un inocente pan de huevo, el cual luego comprobamos que el concepto fue llevado al extremo de tener la yema del huevo completita en el interior: realmente guacala! También encontramos marraquetas vietnamitas, ricas, pero que en nada se comparan a la nuestra, que es más sabrosa, crujiente y no se desarma en migas como la de los vietnamitas. Igual en nuestros momentos de hambre occidental, cuando una ya no quiere más curry en la vida, el pancito con mantequilla nos vino de pelos.

Tras pasar tres días recorriendo a full, nos largamos a un minutito de confianza en Halong Bay, a unas tres horas de Hanoi, donde tomamos el botecto pirata que nos llevó a recorrer alrededor de las casi 2 mil islas que rodean la bahía. Sólo vimos una por dentro, llamada originalmente la Amazing Cave, con unas roquitas que ni les explico, realmente alucinante y en cada una, la guía nos hacía ver a buda y a algún animal sagrado, e incluso, a una fálica piedra que según ella era un dedo parado y cuando nos preguntó que creíamos que era, todos nos quedamos callados sin saber cómo decirle que parecía un pico.

En la noche nos desordenamos con un trío de españoles, unas japonesas y hasta un cabro chico gringo, con quienes bailoteamos y hasta karaoke sacó la tripulación para entretener a la concurrencia. Al otro día kayak (no me pregunten cómo lo hice, sólo diré que choqué un par de veces con unos barcos, pero algo salvé) y de vuelta a Hanoi a tomar el avión para nuestra última semana en Tailandia.

Tsunami de relax

Después de tanto webeo peatonal y frenesí vietnamita, llegaba nuestra parte final del viaje, maquiávelicamente planeada en el sur de Tailandia, donde todo es relajo y evasión. En Kho Phi Phi, básicamente el tiempo no existe. La vida diaria se rige por otras cosas, cuando aparece el sol, ir a caminar a la playa, la hora de pasar la sed con un jugo tropical o las ganas de ir a ver el mar color turquesa. No puede ser de otra forma cuando vives rodeado de un oceano cristalino, montañas inmensas llenas de verde, clima amable y una comunidad que como tú, sigue los días con una filosofía digna de Bob Marley.

Es ahí cuando una se explica en parte, cómo luego de haber sufrido una catástrofe natural como un Tsunami, estos hombres y mujeres se hayan levantado tan rápido para volver a la normalidad de su pequeño paraíso tropical. De hecho, hasta hoy, los tailandeses de la zona siguen mejorando la isla con un afán tremendo, lo cual sigue atrayendo a los turistas que mantienen la economía local en casi un 100%.

Ante esto gente, hay que tener paciencia. Pues la mayoría de la afluencia turista es gringa (australiana, inglesa, estadounidense) y la vida nocturna sobre todo, está hecha a la medida de ellos. Nos costó encontrar lugares donde carretear piola sin encontrar hooligans, pero los hay. Mucho bar al lado de la playa, cócteles ricos y buckets, unos baldes con ron tailandés, coca y red bull, que si bien no eran muy buenos, salvaban bastante la noche tailandesa.

Lo mejor es la gente local, nunca había visto weones tan pajeros y buena onda como ellos. A veces entrabas a una tienda y cuando querías preguntar algo, te dabas cuenta que el dependiente estaba raja durmiendo en un rincón o simplemente tirado en el suelo. En ellos, el panorama se completa, pues son muy amables y encantadores en general.

Ustedes ya vieron las fotos, así que no sé describirles de mejor forma lo hermoso del lugar. Tienen que ir a verlo con sus ojos cabros y cabras, pues la cantidad de belleza, colores y naturaleza no se la despegan de la retina. Recomiendo esta isla por unos días, pero si pueden hacer un recorrido de más islas, háganlo sin dudar, pues cada una tiene su encanto. Nosotras andábamos cortas de tiempo, así que sólo fuimos a ésta, suficiente para darnos el gustito final del Tour Loquillo.

Sé que me faltaron un montón de detalles, pero me gustaría dejar cosas inconclusas que les contaré a cada uno, con una chelita en la mano, a mi regreso.

Ahora sigo la aventura australiana, en Gatton por ahora, pero se viene una nueva ruta apenas el dinero vuelva a mis bolsillos, el cual se redujo un poco por el paseo sudaca en Asia. En todo caso, lo comido, olido, comprado y zapateado, no me lo quita nadie guachit@s.

Ahí se ven hasta una próxima!!!!


05 agosto 2009

Viajando en dos actos

Estoy contra el tiempo y el teclado Thai me complica el tecleo y mi obsesiva fijacion con la ortografia, no hay tildes y menos la letra que viene despues de la n. Asi que con estas chicas (intente decir pequenas) complicaciones les cuento a la loca como me ha ido hasta ahora.

Primer Acto

Es verdad eso de que los viajes de avion te enchufan de un rato para otro desde una realidad a otra demasiado distinta. Me subi en Brisbane y atisbe lo que seria el ultimo pedacito de occidente por un buen rato, ya en el mismo avion el oriente se me plantaba de zopeton. Comenzando con el despegue en aerolineas Royal Brunei, en donde las modernas pantallas frente a los asientos nos resguardaban con una mistica oracion a Alah que pedia por favorcito que todo saliera bien y llegaramos a tierra del sultan con todo nuestro cuerpecillo tal y como partimos.

Gracias a este caballero todo salio de pelos y 7 horas despues estabamos en la noche de Brunei, con el sultan por todas partes ya que todos celebraban la ultima noche de partuza por su aniversario (el sinonimo obvio se omite por razones obvias jajaja) numero 63. O el viejo tiene un secreto milagroso o ocupa sus petrodolares en cirugias o mas bien el photoshop le favorece bastante, porque en las mil y unas gigantografias de su figura no se le ve ninguna arruga.

La calle estaba prendida, el calor me abofeteaba y los estimulos visuales obligaban a no apagar la camara ni cerrar los ojos por ningun momento. Caminar por Bandar Seri Bewagan, la capital de esta mini burbuja musulmana malaya da una rara sensacion de estar en tierra ajena y al mismo tiempo, reconocer la influencia occidental por todos lados. Si hasta KFC le daba el saludo en algunos de los anuncios de la calle. Es una combinacion de la fuerte espiritualidad musulmana, reflejada en templos, una mesquita grandiosa, las mujeres con el velo y tapadas enteras y el destape del resto de la poblacion que no es musulmana, los turistas y la presencia del show me the money llamado sultan en todas las esquinas. La ostentacion era maxima, al menos esa noche, porque todas las calles estaban revestidas de luces de colores, onda Navidad pero sin el viejo pascuero, reemplazado por don Hassan, el sultan.

Esa noche fuimos reinas, ya que en cada rincon los chiquillos de todas edades nos gritaban, miraban con cara de viejo verde y decian quizas que palabras libidinosas en malayo. Algo que por un minuto te sube la autoestima, pero a los 100 metros de haber caminado ya terminaba por intimidarte bastante.

Recorrimos en poco tiempo el centro, bastante chico (como todo el pais en verdad), paseamos por los mercados nocturnos que ofrecian una amplia variedad de productos de feria artesanal de plaza de armas de cualquier provincia en Chile jajaj. Excepto por algunas cosas mas particulares como telas, vestidos o ropa tipica en general, el resto era la misma challa. Lo mas entrete lejos es la parte de la comida, donde probamos un plato de Indonesia bastante rico y picante por cierto, (Brunei tiene influencia de este pais y Malasia por si no lo sabian cabrit@s) que nos dejo el ombligo para afuera, listas para irnos en busqueda del dia siguiente.

Antes de partir al otro dia, nos dimos una vuelta nuevamente y las calles estaban vacias, la verdad quedamos conformes con nuestra corta estadia pues a escala de lo que es este pais, vimos suficiente en algunas horas. A las 10 nos fuimos al aeropuerto para irnos a Bangkok y seguir nuestro viaje.

Segundo Acto

Dejamos al don Hassan y su micropais y volamos con bastantes turbulencias (Felicilandia se queda chico) a Bangkok la capital de Tailandia. Cuento corto, nos fuimos directo a la estacion de tren y en ese recorrido ya pudimos vislumbrar el particular caos de esta revolucionada ciudad. Grandes autopistas igualitos a los jueguitos de Hot Wheels pero con tuk tuks (los carritos con motos), motos por doquier, micros de todos colores, taxis y la chorrera de autos. De partida ya nos aguantamos un taco enorme para llegar por fin a la estacion, gigante y con miles de mochileros que como nosotros tratan de enchufarse con todo este movimiento a mil por hora. Logramos sacar nuestro pasaje a Chiang Mai, la ciudad mas importante del Norte de Tailandia a la cual llegamos doce horas despues, muertas pero con el corazon tranquilo porque todo estaba saliendo muy bien con nuestro itinerario loquillo, pensado mucho tiempo antes entre desmalezado, vida de caravan y largas conversaciones noctambulas.

Debo decir que aunque llevo pocos dias, me enamore de Chiang Mai. Lejos de la multitud que reina en Bangkok, esta ciudad es mucho mas tranquila y con un monton de panoramas que realizar. partimos recorriendo el mercado del domingo, lleno de artesania y nos volvimos loquitas con tanta cosa linda que ofrecian. Caminamos horas, entremedio nos tomamos sus ricos juguitos naturales y nos dejamos llevar por la atmosfera calida y calma de sus pasajes antiguos, con templos gigantes y con Buda (asi como el sultan) como la estrella de todos sus rincones.

Al otro dia tomamos un tour que nos llevo a los montes, frondosos y fertiles. Es increible lo rica que esta tierra, todo crece!!! Vas caminando y te pillas con miles de especies, arboles selvaticos, vegetales de todo tipo, aji, zapallo, papa, bananas y sobretodo arroz, arroz y mas arroz. Creo que apenas pueda subire fotos, yo creo que a la vuelta, pero me gustaria compratir con ustedes estas hermosas imagenes. Caminar entre estos lugares fue alucinante, mirar a todos lados te sobrecoge y sobretodo cuando vas, arriba de un elefante!!!! El cuadro mas surrealista en el que podria haberme imaginado estar chiquillos y chiquillas. Y me fui solita porque tres era mucho para un pobre elefante, asi que con harto espacio me fui a paso lento en medio de un rio chiquito y mi elefante no estaba ni ahi conmigo obviamente, lo unico que queria era comer bambu y rascarse el poto en las piedras que encontraba. Me cayo de lo mas bien este especimen, al cual no culpo de estar chato de transportar turistas como la que escribe.

El tiempo me pilla, asi que tendre que dejar asi este escueto informe. Creo que asi tendra que ser, reportes en cuanto pueda sentarme una media horita en un ciber cafe. No prometo nada, pero son tantas las ganas de ir vomitando informacion que quiza lo haga recurrentemente.

Ya estoy de vuelta en Bangkok y en dos dias me voy a Vietnam, asi que ahi hay mas challa que juntar para volver a lanzarla.

Un beso a todos y gracias por sus saludos! Los llevo conmigo a todas partes.

03 julio 2009

De cómo rayos una sudaca como yo terminará en un país como Brunei...

Me saco una foto aquí cierto?

Hago una parada rápida en este ya querido y catártico espacio, que se ha convertido en la mejor manera de hacérles llegar aunque sea un tercio de lo que me ha pasado en tierras ajenas y prestadas por un año.

Aún sigo en Gatton, en la vida de Caravan y con la pega un poco más movida que en semanas pasadas, donde sólo laburábamos un día, tiempo insuficiente para ahorrar y juntar dinerillo para un plan maestro que tenemos con la chiquillas: ir a Tailandia en agosto.

Resulta que nos lanzamos, y a pesar de que todavía no juntamos la plata necesaria para todo el viaje, partimos a comprar el pasaje porque queda un mes y después nos saldría ultra mega caro. Así que con las chauchas reunidas hasta el lunes pasado, partí con las cabras a la agencia de viajes más cercana a cotizar nuestro ticket a tierras tailandesas.

Nos atendió una regordeta muy simpática llamada Gayle, a quien le rogamos nos diera el precio más barato que tuviera, aunque nos fuéramos en la bodega con el equipaje, con tal de poder partir a nuestra travesía. Luego de un par de minutos tecleando, la Gayle nos da un excelente precio: 680 dólares australianos, precio que fue más barato de lo que habíamos averiguado que costaba el pasaje.

Un pequeño detalle hace que este módico monto se pusiera ante nuestros ilusionados ojos: el vuelo a Bangkok tiene una parada especial en uno de los países donde jamás se me ocurrió en la vida que mis patas tocarían tierra: el sultanato de Brunei, ubicado en una pequeña franja de la isla de Borneo. No piensen que yo sabía esto de antes, Wikipedia se encargó de informarme varias cosas, incluído que el sultán que alguna vez dio una propina de 250 lucas a una mesera chilena, tiene 165 rolls royce en su colección de chorromil autos.

En fin, puedo decir que además de Perú, Argentina y ahora Australia, conocí alguna vez Brunei!

La verdad no sé qué rayos imaginarme, se me vienen a la mente un montón de imágines estereotipadas del mundo aladinesco, mucha ostentación, lujo burdo y un mijito rico heredero a sultán que me pide que me case con él o de lo contario me comprará de todas formas a mi familia dispuesta a recibir una buena dote...

Estaremos una noche en Bandar Sari Begawan, la capital de Brunei (por si no lo sabían ya) en el Hotel Royal Brunei, incluye transfers y desayuno asiático, según nos dice nuestra querida Gayle. Ya está todo listo y el 31 de julio partimos desde Brisbane a la capital sultanesca, luego al otro día en la tarde nos vamos a Bangkok y de ahí iniciamos la aventurilla en el Sudeste Asiático, lugar que dará para muchísimas otras historias. Volvemos a fines de agosto, parando de nuevo en Brunei pero por menos rato.

Tengan por seguro que Brunei quedará en mi retina para contar todo posteriormente, de seguro hago alguna crónica para Haciendo Hora, página que de seguro ya todos ustedes leyeron, con escritos de la Lolo y esta humilde servidora.

Eso es todo por el momento, díganme que opinan, si saben datos importantes de Brunei cuéntenme porfa, quiero saber todo acerca de este extraño lugar, y díganme si quieren algo en especial, yo ya me estoy figurando todas las fotos freak que sacaré. Mi playmobil (Que con Forest le pusimos Jacinta, así porque sí no más) se está preparando para posar en los exóticos lugares.

No puedo esperar!

Saludos!!!


15 junio 2009

Caravan Life



Regreso sana y salva a estas líneas luego de un tiempo largo sin decir ninguna cuestión. No me las he estado dando de misteriosa y desconocida como diría el ilustre Mario Hugo, sino que me fui de Moree y por lo tanto me quedé sin Internet, dispuesta a vivir una vida libre de enchufes y arraigos tecnológicos. La verdad este último tiempo el conectarme hacía un poco que no me desapegara del todo del terruño donde los dejé a todos ni de los cabritos que se desparramaron fuera del país. Necesitaba un poquito de aislamiento, pero no aguanté mucho y aquí estoy de nuevo. Lo de la onda ermitaña sirvió eso sí y han pasado varias cosas en este tiempo chicuelos y chicuelas.

Para comenzar me largué de la apacible vida en Moree, la lluvia nos estaba jugando una mala pasada y no se dignaba a desaparecer y conspirar contra nuestra linda pega de palitos. De hecho, el jefe nos fue a ver a nuestra casa cuando dejó de llover un poco, para decirnos que podíamos volver al día siguiente y que manejaríamos una moto 4x4 para no quedar embarradas en el campo de porotos. La raja! Pensamos todas, ahora sería todo más entrete aún y dejaríamos nuestra vida de dueñas de casa esperando a nuestros sostenedores masculinos. Pero al rato se puso a llover y el jefe dio el veredicto: no se vuelve hasta unos días más.

Suficiente tiempo sin hacer nada para nosotras, sobretodo cuando nuestra gran meta gran, es juntar plata para ir a Tailandia y otros países aledaños en agosto. Es barato ir, pero hay que trabajar a full este tiempo que queda. Así que chao Moree y jefecito querido, nos viramos de aquí dejando humito porque el pozo millonario no lo hacemos nica si seguimos en este pueblito.

Dijimos adios a nuestros amiguines y las tres partimos hacia el norte de Moree, en el estado de Queensland, un lugar trazado por ciudades pintorescas a la orilla del Pacífico, espíritu Surf y verde, mucho verde adornando el panorama marino. El destino era Gatton, un poco más al interior, pero a un poco más de una hora del mar y Brisbane, la tercera ciudad más grande de Australia.

La travesía para llegar fue todo el fin de semana, porque como buenas chiquillas no nos da la vejiga más de dos horas, así que parada al baño, a comer, a mirar algo lindo, yadayadayada. De todas formas fue muy entretenido y relax, a ese ritmo se puede mirar mejor, sacar fotos en movimiento desde la van y pegarse con la gente y los lugares que pasamos.

Llegamos a Gatton el lunes 1 de junio, dispuestas a encontrar pega al toque. Los primeros días dormimos en la Van en un Caravan Park, los cuales están en todos los pueblos y son como un camping con puras casas rodantes que ya no ruedan, pero sirven de prácticas casas para mochileros o solitarios empedernidos.

Mientras, empezamos a llamar a medio mundo para hallar pega, las primeras respuestas fueron bien desesperanzadoras. Fue inevitable frustrarse un poco, lo cansador del viaje, el estar un poco más solas, hicieron que esos días se pusieran un poco angustiantes. Al mismo tiempo, me empecé a encantar con el lugar, una ciudad más grande que Moree, verde verde, con harto parque; y el Caravan, con muchos backpackers o mochileros de todos lados, sobre todo ingleses y orientales. Por eso, Gatton tiene un poco más de ruido que Moree con la invasión de todos estos extraños jovenzuelos y de paso, tres tipical chilean chiquillas paseando por las tiendas de ropa usada.

Este es un tópico que no he tocado. Acá, en el pueblito más chico porque es más chico te encuentras con Op Shops, que vendrían siendo la ropa usada de allá, generalmente asociadas con la caridad como las del Salvation Army y las cruz roja u otras organizaciones. Encuentras chucherías de todo tipo muy barato, y por supuesto ropa. Es la mejor opción para el mochilero que no quiere gastar ni uno. Yo ya hice uso de ellas obviamente y me compré un tazón re pulento con pinturas de Tolouse Lautrec a 50 c, un collar de madera rojo a 1 dólar, un polerón de polar a 4 dólares para la pega (porque acá puta que hace frío) y un par de calcetas abrigadas a 3 dólares.


Ustedes se preguntarán por qué gastar plata cuando no tienes trabajo. Lo mismo me preguntaba yo en su momento, el arrepentimiento vino después. Pero no duró mucho porque tuvimos suerte y luego de un par de días y gracias a los datos de la gente del Caravan, conseguimos pega en una granja de vegetales orgánicos. Lo entrete es que cada día te toca algo distinto que hacer, empezamos la semana cortando tomates, luego hacemos desmalezado de un campo de zanahorias (por eso me duele el cuello) y recogimos zapallos.

En la pega trabajamos puras minas, tres irlandesas, un par de inglesas y tres taiwanesas. Las más simpáticas lejos son las de Taiwan, las cuales tienen nombres artísticos acá en Australia, pues nadie es capaz de memorizarse su nombre en chino mandarín. Es una estupidez, porque claramente con un poco de voluntad te queda en la memoria el nombre de la pobre cabra que tiene que ponerse un nombre en inglés para que los burritos que no saben nada más que la burbuja del anglo sean capaces de nombrarlas. Así que bueno, así es como conozco a la Elsa, la Lily y la Stella, que vienen de Taiwan pero se presentan en envase occidental. En todo caso ellas se ríen y si no les gusta el nombre que la profesora de inglés les dio originalmente se lo cambian. Lily ya ha sido Linda y Julie anteriormente, mientras que Elsa está disconforme con su nombre pero lo prefiere a Tina y Joy, sus nombres iniciales.

Lo más loco es el desmalezado. Sé que suena a una pega del demonio y sí, es re fome, pero lo particular es cómo lo hacemos. Resulta que en la granja tienen un tractor que atrás lleva dos corridas de tres asientos, los cuales puede subir y bajar, dejándolo a ras del suelo para que nosotras en las posiciones más indecorosas, levitemos sobre el campo de zanahorias quitando la mala yerba que por supuesto no tarda en volver a crecer. Así que pega en eso creo que hay para rato.

Arrendamos un Caravan para las tres, para así tener más espacio y hacer de Gatton un poco más hogar. Es chiquito el cacharrito, un poco frío en la noche, pero digno. En la pieza pusimos el colchón de dos plazas que traíamos y ahí hacemos cucharita las tres cabras friolentas para no sucumbir a las bajas temperaturas que han habido en la última semana. No pensé que iba a pasar frío acá, pero sí, es igualito a Santiago con 2 grados en la mañana, así que imagínense los tiritones que me doy a las 5 AM cuando despierto y después en la pega. Lo chori es que al llegar al campo en la mañana, se hace una fogata gigante para temperarse y empezar un poco mejor el día, es bien místico y sirve al menos los 3 minutos que dura la cuestión prendida. Luego las nalgas vuelven a su estado tieso durante horas.

Y así estoy, recordándolos a ustedes mis queridos y queridas, recibiendo sus lindos comentarios que me motivan a tratar de pensar y decir lo mejor posible mis aventurillas canguras. Ah y aún no pasa nada con los koalas, ya no hay ratones y me han picado tres hormigas en lo que va del viaje y puta que duele CTM!!!!! Son mis enemigas número 1.

Saludos especiales al Jimmys, que quiere volver en gloria y majestad al fútbol pero la vida lo hace tropezar y quebrarse una muñeca. Besos padre, ánimo en la recuperación!! A mis sureños que pasen la gripe en medio de la paranoia. Karencilla cuéntame cómo va tu doña cuando sepas noticias. Y gracias por sus recuentos noticiosos, cada uno en su estilo, me gusta la variedad jaja.

Ah! Y Carachini, vivo al lado de la línea del tren!! Y la wea pasa hasta en medio de la noche, ya me acostumbré a su bamboleo. En cuanto lo logre le saco fotos.

Saludos a todos y ya volveré con nuevas huifas que decir.

Soles y energía como diría Del Villar (alguien sabe de él?)

26 mayo 2009

Viaje a la punta del cerro


Este asunto del blog ha estado un poco botado, lo sé. Pero bueno, la idea era actualizar en la medida de que hubieran nuevos sucesos súper cachilupis que contar. La cosa es que hace casi una semana que con las chiquillas hemos estado de días off. Nos quedamos varadas con la pega del campo de porotos, porque la lluvia que se avecinaba llegó por varios días. Así que no les explico el barro que se armó y para entrar con el súper tocomocho 0,4 x 0,4 tendríamos que aún estar intentándolo para sacar todos los palitos.

La cosa es que nos quedamos cual dueñas de casas desesperadas, sin el glamour y las copuchas de Wisteria Lane, por mucho que quisiéramos tener las curvas de Eva Longoria. ¿Mucha analogía ñoña? Sorry, y eso que no veo tele desde que me vine de Chile. Al principio reconozco que estábamos felices porque necesitábamos del descanso y paz casera, pero con los días la lluvia no paraba y eso significaba muchos días off y por lo tanto menos money en nuestros pockets cachai? (chiaaa). 

Bueno y en la angustiosa espera, cansadas de la monotonía hogareña, nos dio el arranque feminista y pescamos la Van, unas cuantas provisiones y con las cabras partimos al parque nacional más cercano. Según el mapa, debíamos viajar unos 96 Km hacia Narrabri y luego unos 40 más para llegar al Monte Kaputar.


Puede sonar bien nada el panorama, pero ir a un monte en Australia es bastante pintoresco para un país donde todo es plano y el infinito y más allá es una frase para tomar en serio. Con razón los aborígenes acá conciben el mundo en forma plana, según me lo dijo mi libro sobre mitos aborígenes que saqué de la biblioteca pública - pulentosa que tienen acá. Sí, sigo ñoña como siempre y a mucha honra ok?

Así que nos fuimos en la Thelma y Louise con yapa, llegamos a Narrabri en una hora, un pueblito igual de bonito y ordenadillo que Moree, con su McDonalds y KFC como en todos lados acá y decidimos que no podíamos partir secas a la punta del cerro. Pasamos a la licorería del súper más cercana (Suena menso, pero los súper en Australia no venden copete, pero siempre encuentras una botillería pasando las cajas, dentro del súper. Es bien raro. Ah y las bebidas no las venden en la boti y sí en el súper… plop) y encontramos vino chileno (Casillero del Diablo y Misiones de Rengo) a precio moderado (10 dólares), pero al final nos fuimos por la baratija de dos vinos sudafricanos por uno, a 10 dólares (perdonen tanto paréntesis, pero por algo la Tere Calderón hacia disertaciones de ellos y los corchetes jajaja) 

Listas y aperadas con vinacho, partimos a nuestro paseo de fin de semana, dejando atrás palitos y a los pericotes de nuestra casa. El camino era bastante bello y debo decir que me recordó mucho al sur de Chile, con algunos matices en los colores más rojizos de la tierra y los mil verdes de la vegetación, colores que por supuesto no están en la escala cromática perceptible por un hombre, a menos que por supuesto sea gay o “artista” jejej. 

Por supuesto, la bienvenida al parque fue dada por canguros, pero una especie más chica y rechoncha llamada Wallabies, que corrían cuesta abajo por los cerros de lo más bien. Mención especial son las instalaciones en los parques nacionales. Según me cuenta la Gina, que es una experta en esta materia, todos los parques cuentan con pulentas áreas de descanso, picnic y camping, algunos con baños y duchas de primera, incluso más limpios que el water de mi casa. Lo pude comprobar, pues nos tocó uno que tenía hasta agua caliente y harto confort! El paraíso de toda niña que le cuesta hacer en los matorrales (Too much information?!) 

Además, el lugar tenía un lugar para hacer asados, con unas planchas a gas donde puedes calentar pan y hacer tus choripanes a destajo y por supuesto con sus correspondientes mesitas de picnic. ¿Qué más se puede pedir? Nosotras dormimos en la Van, pero un poco más arriba del monte había otra área con mini cabañas para los más friolentos. Obviamente esto no es gratis, pero el costo es mínimo (5AUD/2lucrecias) para todas las cosas que te ofrece el espacio, que dicho sea de paso, no intervenía mayormente con la naturaleza del lugar.


Así que ahí nos instalamos, preparamos unos pancitos pita calientes, dimos una vuelta rápida al lugar donde vimos la tremenda roca que verán en las fotos y volvimos rápido a la Van, porque en Australia se oscurece a las 5:15 más o menos. Acurrucadas, con uvas y velas para hacer ambiente de carrete, abrimos el vinito, primero el Syrah, un poco dulzón para mi gusto, y el Cabernet que estaba bien sandunguero y sabrosón; y nos dedicamos a descuerar al mundo, la vida y todo lo que la lengua rasposa podía articular por largas horas, hasta que los ritmos sudafricanos se despidieron. 

Todo perfect. Pero la noche se hizo notar con un viento estruendoso que incluso hacía bambolear la Van y que pasaran un montón de rollos acerca de mochileros muertos por ramas gigantes que cedían de sus árboles. Por supuesto, nada de eso sucedió y sólo fue una larga noche con el silbido del viento en las orejas y la incomodidad de dormir apretadas en malos colchones. Pero da lo mismo, al otro día todo amaneció esplendoroso y nos levantamos a terminar de recorrer el parque como raudas e intrépidas mujeres que somos. 

De todas formas, el lugar era enorme y toma mucho más tiempo en conocerse que las menos de 24 horas que pasamos en él. Habían caminos “sólo para experimentados” según rezaba el folleto del parque, así que de plano nos descartamos, la verdad sólo porque no teníamos buenas tillas… Nah la verdad hubiéramos dado un poco de jugo sudaca.


De vuelta me largué y manejé unos 20 Km, lo cual me hace sentir bastante realizada, espero volver una Fitipaldi para que salgamos y hagamos un paseo así, te tinca El Morado Carachín? Jejeje

Aquí les dejo unas fotos y subí otras pocas al álbum de Picasa que dejé en el post anterior. De todas maneras lo vuelvo a poner ACÁ

Encuentro que nada que ver que nadie me cuente sobre el reality, el único que se dignó a actualizarme fue el Chris el otro día jajaja. Bueno y hasta este post, habían 84 casos de gripe porcina, díganme algo: ¿Es pa tanto la cuestión? O es la misma volá alarmista de siempre? 

La otra semana quizá volemos de Moree y nos vayamos hacia el norte. Mucho palito, menos pega, menos Money y aún, muchos ratones! Ahí estaré contando sobre mis pasos. 

Los vimos!

PD: Díganme si le aplico poder de síntesis o no? A veces me vuelo y quizá es mushooo

12 mayo 2009

Popurrí en Moree


Ya. La última vez que les hablé quedamos en la pega de los palitos, recién comenzaba y todo era súper cachilupi. Aunque no puedo negar que no hay nada más fome que recoger palitos por ocho horas, pero al menos en una semana junté casi mil dólares australianos, unas 400 lucas chilensis. El sueño cangurolandio? Bueno no está nada mal para una sudaca(y periodista más encima!!) acostumbrada a contar las chauchas Je.

La cosa es que ya terminé esa pega en la granja de nueces, al menos por dos semanas porque se entró a un receso, para luego regresar a seguir recogiendo palitos. Y como me encantó la sensación de agacharse, rasparse con las ramas y volverse una experta en la selección de ganchos y troncos, como toda una maderofílica me las arreglé para seguir trabajando en lo mismo al menos por una semana por mientras se vuelve al apasionante mundo de los palitos en la otra farm. Todo por darle más nueces al mundo.

Se trata de un trabajo también a 40 km de Moree, donde además quizás tenga que manejar tractor y el jefe es un pelao relajado que sabe algunas palabras champurreadas de español. Y es tan chico el mundo, que el tipo, Will, fue a Chillán!!! De todos los lugares en los que pudo haber ido, piso suelo chillanejo nada más y nada menos. Y cuando vino a nuestra casa se cagó de la risa por lo hippies que estamos y probó la piscola, la cual fue mucho para él.

A todo esto, la casa va bien. Somos seis chilensis, olvidé mencionar eso parece. Forest y su polola la Gina, ambos un gran apoyo acá, se pasaron estos cabros. El Max, que llegó conmigo y también mucha buena onda porque hemos tenido que empezar a ser menos tillible de pollos los dos, abrir cuenta de banco, enchufarse luego del jet lag, etc. El Andrés, que es un santiaguino que se pillaron los cabros hace unos meses en otra pega y ahora está acá, de hecho él nos dio el dato de la pega de los palitos, además de su amiga la Feña (no confundir con la del blog de la Feña), muy piola también, junto a quien cuarteaba a los italianos guapotes que habían en la otra pega jejejej.

Hoy tuve mi primer día libre luego de nueve sin descanso, así que puedo referirme con más detalle a algunos asuntos que han tenido inquiet@s a la estimada concurrencia contertulia de este pasquín virtual. Así que ahí le vamos…

Canguros: bichos raros alucinantes

Mi primer encuentro con los canguros fue en la penumbra de la reserva nacional Diamond Head, antes de llegar a Moree. Llegamos re cansados luego de viajar todo el día desde Sidney y de bienvenida, unos bichos manicortos – pasilargos nos recibieron. La sorpresa hubiera sido más emocionante si de por medio no hubiéramos tenido que tratar de esquivarlos con la Van, pues estos especímenes son bien cara de palo y no están ni ahí contigo, tanto si vienes en un aparato que puede atropellarte como a pie por los campos.

Es tanta la indiferencia ante el mundo humano que los rodea, que los giles pueden estar en medio de la carretera como si nada, limándose las uñas o rascándose la guata y es el avispado conductor el que debe estar atento a no chocar. Y el hecho de evitar atropellarlos no se reduce sólo a nuestra linda mente ecologista que no quiere hacerle daño a tan chori animal, sino porque un golpe a uno de ellos significa auto destrozado como mínimo.

En todo caso, es inevitable el observar el espectáculo carnicero de las carreteras australianas, las cuales alojan los cueritos de canguros, zorros, liebres y una que otra pluma de los cuervos que se hacen chupete el charqui mencionado anteriormente. Y eso que está todo señalizado, pero las cuestiones se cruzan igual, pues no hay alambradas que cierren los campos como en Chile, todo es abierto y quien quiera dárselas de kamikaze, pase adelante no más.

Así que si saco la cuenta, la mitad de los canguros que he visto han estado saltando por el territorio, incluso en la misma pega mientras recojo palitos, y la otra ha estado pegada al asfalto. Pero aún no pierdo la capacidad de asombro cada vez que veo uno, me parece tan raro que exista un bicho así, que pareciera no haber alcanzado a desarrollarse porque apenas tuvo las dos patas que lo afirman al suelo, quiso salir corriendo a sacar la vuelta por el mundo, para disfrutar del verde bosque o acabar reventado a la orilla del camino. Para bien o para mal, estos animalejos nacieron para gozar, con sus manitas cortas y la bolsa donde sacan nuevos cangurillos vacilones. Lo mejor es cuando se quedan parados mirando, como diciendo “que mirai chuchetumare” y luego se retiran saltando feliz de la vida. Se ganaron todo mi cariño.

Stuart Little australianos

No me pregunten por koalas porque aún no pasa nada. El resto de la fauna se compone en pájaros raros de colores chillones, cucarachas, zorros bellos y liebres que hacen carrera contigo mientras vas en la carretera. Lo más destacable: ratones que no se imaginan lo bellos que son. Un amor de ratitas en miniatura como de monos animados. Todo bien cuando corren por el bosque, pero cuando se meten a la casa ya no me parecen tan lindos. Cínico, pero es verdad. Acá son plaga, como otras más que han pasado por el pueblo según nos cuentan los vecinos, pueden ser grillos un verano, ratas en otoño, etc. Mientras no sea la plaga de los primogénitos muertos estamos bien, todo es soportable, nada que un par de trampas con queso no pueda solucionar.

Y es tal cual cabros y cabras. Nos hicimos de unas trampas que llevan un trozo de queso adentro y ahí los chicuelos caen y adios. Recuento Semanal: 12 en total, como 8 por queso, y 4 suicidas que se metieron solitos sin haber comida. Quizá tenían depre por las otras muertes. Ah y unos 4 avispados que sacaron el queso y se dieron el festín gratis, a lo Tom y Jerry.

Comida: puta que extraño una wena cazuela…

Y no es de patriota ok? Es que acá en verdad si me preguntan, la comida típica es un cuarto de libra en el Mc Donalds. La mayoría come comida chatarra, platos típicos no he visto aún, aunque sí son bien preocupados de promover sus productos, tales como el vino (hasta el momento de lo que he probado el chileno le pega mil patadas), nueces, queso, etc.

Así que con los chiquillos le hemos aplicado a preparar comida en casa, hartas verduras salteadas con arroz, papas, fruta que aquí hay por montones y rica (yo feliz). Igual nos dimos un gustito el otro día y luego de la primera paga nos fuimos a un restaurant de comida tailandesa que nos recomendó uno de los chilenos que está viviendo con nosotros. Bien rica les diré, súper condimentada como a mí me gusta, unas salsas exóticash ashí por sher, que nos dejaron con el ombligo para afuera y el tufo bien matapasiones. Pollo con Curry, Carne con salsas de ostión, gengibre, ajos, etc. De pelos.

Se supone que hay un plato que todos comen acá que se llama Fish and Chips, que debe ser como un pescado frito con papitas fritas, nada fuera de lo común, excepto que lleva una crema agria encima como menjunje. Pero aún no lo pruebo así que mi comentario Anthony Bourdain queda pendiente hasta nuevo aviso.

Bueno cabros, me faltó algo? Por favor recuérdenmelo pa la otra, así esto se vuelve un espacio dinámico y con la reciprocidad y todo eso que parece que nos pasaron alguna vez en nuestra querida escuela de lobotomía.

Y de paso me siguen contando de Chile. Funa al guatón Flores o no? Qué están esperando? Cuando supe esa wea pateaba la perra sola mientras recogía palitos, me imaginaba un buen piño en el trasero del viejo podrido ese. Pero bueno, se podía esperar otra cosa??? Ahí sí que he perdido la capacidad de asombro.

Abrazos a todos y piensen en mí tipo 3 de la tarde cuando yo me tenga que estar levantando a las 5 de la mañana acá.

Saludos!!!

Paloma Blanca

(PD: con respecto a esto, el serbio jefe Marco, nunca fue de jote ok? Es un señor muy buena onda y al principio no sabía decir mi nombre y cuando aprendió, me lo decía de jugoso no más, porque a todos les tiene un sobrenombre. De hecho Forest es Pablo Picasso y a otra le dice hija, etc, etc)

Link Fotos Casa!!!

05 mayo 2009

El sueño de la casa propia...


Hoy trataré de ser menos atarantada en mi relato, a pesar de que estoy re cansada por que sí señoras y señores, ya empecé a trabajar como mano de obra en Australia. Pero antes de entrar a eso les cuento lo que hemos hecho los días antes de llegar a Moree, un pueblito al noroeste de Sidney, bien monono y bonito.

Salimos de Sidney el sábado por la mañana, con la intención de viajar 9 horas de una sola vez hasta la pega, pero el camino se fue haciendo tan entrete que paramos a cada rato y pospusimos nuestra llegada hasta el día siguiente. A todo esto, las carreteras son muy buenas, bien señalizadas y amplias, aunque aún no me acostumbro a ser copiloto en el lado izquierdo de la vía.

La ruta me recordó mucho a Chile, harto verde, árboles frondosos y gigantes, claro que el cielo era infinito porque acá no están encerrados entre cerros y cordillera, cosa que se extraña pero a la vez hace que el horizonte ni se vea y sea posible divisar las tormentas eléctricas de los pueblos lejanos.

Nos dio la noche ese sábado y decidimos quedarnos en una reserva nacional, que parecía resort campestre, con buenos baños y espacio para poner la van y una pequeña carpa donde durmió el Max. Con Forest y la Gina hicimos cucharita en la van, donde tienen una cama de dos plazas y dormimos pirulamente sin pasar frío, porque chicos, no se imaginen los 20 mil grados de calor con las playas y surfistas, la verdad es que las noche son muy frías y por suerte traje mi parka fiel.

La mañana nos sorprendió con lluvia, así que a las 6 tuvimos que rescatar al Max del diluvio y la verdad es que fue para mejor, porque al tiro nos dimos cuenta en la maravilla de lugar que estábamos. El parque daba a una playa interminable, con unas rocas mutantes en donde los pescadores se suben para llegar a sus presas. Vi mis primeros canguros, que rodeaban las carpas, la mayoría de australianos bien equipados que aprovechan el fin de semana y salen bien aperados con las tremendas carpas, parrillas (que les dicen barbacoas pos oye), toldos, etc, como si estuvieran en el living de su casa. Bien diges los australianos debo decir, más adelante describiré a los de provincia que son totalmente lo contrario de los citadinos.

Luego partimos a la playa en la van, vivimos nuestro momento de libertad y frenesí hippie, con el viento en la cara, jugando con las clavas y los juguetes de los cabros, viviendo la vida bella. Sí, sé que suena raro en mí, pero la verdad es que es inevitable, parece que este país te invita a relajarte y ser un poco súper loco, pero no se preocupen sigo siendo la de siempre jeje.

El descanso acabó para volver a la realidad. La pega en Moree, cuyo dato lo dio un amigo chileno de los chiquillos. La cosa es simple: un mono hace la pega y saca doctorado en la cuestión. Es la pega más freak que puedo haber tenido! Se trata de lo siguiente: es una empresa de nueces, la cual tiene una mega granja (la cagó, la cuestión es interminable) con nogales enormes, los cuales son sacudidos por una máquina para botar los frutos y luego pasa otro cacharro que las recoge, pero hay un punto. La máquina no puede avanzar con las ramas que también caen con la sacudida, por lo que ahí entramos nosotros los monicacos que debemos recoger los palitos uno por uno durante ocho horas.

Sí, la cosa suena pajera y lo es mucho. Pero es tan fácil y pagan tan bien (15 dólares la hora) que vale la pena, tanto, que ya decidimos quedarnos dos meses y arrendamos una casa la raja para poder quedarnos Conviene más, ya que somos seis personas, todos chilenos y el espacio es grande, baño y ducha seguros y el barrio es residencial. La verdad no me puedo quejar. Además la gente de la pega es muy buena onda, el supervisor es un serbio que se hace llamar Marco Polo y me dice Paloma Blanca. No sé por qué le dio pero así me llama, la confusión de nombre me persigue hasta hoy Paloms!! Jejeje.

En la pega hay varios australianos, los cuales son amables, a pesar de que no les entiendo mucho porque son súper enredados, más que los de ciudad. Pero tiene paciencia y repiten la frase para hacerse entender. Los más jóvenes son súper flaites jaja, son igual a uno de Chile, pero más rucios y lo único que hablan es de copete y carrete. Buena onda igual, a pesar de lo limitados. Pero la verdad la cosa es así, al menos en provincia, los australianos trabajan todo el día, para luego irse a tomar a las cantinas, una suerte de workaholics tomado en sentido literal. El alcoholismo es tema en Australia, son todos wenos pa empinar el codo, pero al menos los tipos se sacan la cresta trabajando para curarse. Admirable jajaja.

Bueno y ahora les escribo desde la mesita de nuestra casa, como estaré dos meses acá (de los cuales igual recorreremos por los panoramas cercanos, paisajes, parques nacionales, etc) tendré una dirección fija a la cual el que quiera darse la paja puede escribirme o mandar una postal loca jeje. Anota Lolo! Que eres la única que estás más que comprometida jaja : Cummins 2 -12, Moree, New South Welles, Australia.

Trataré de escribirles más seguido para no ser tan latera con la extensión del relato jeje. La verdad mi escritura ha sido bien vomitada porque me gustaría tenerlos a mi lado y empezar a contarles todo de una! Y ustedes, como está Chilito! Necesito saber qué pasa. Cuéntenme! Ahí se ven!

01 mayo 2009

Primeras letras...

Gente linda y querida:

No tengo mucho tiempo, me gustaría ser súper detallista en todo mi relato, pero puede que se me escape el 90% de lo que tengo que contarles. Estoy en Sidney aún, hasta mañana que emprendemos vuelo hacia el norte para ir a ver una pega de al interior de New South Wells.

El viaje fue realmente agotador. Aún sufro las consecuencias de dormir nada durante casi 24 horas, mi cuerpo funciona sólo por los estímulos que lo llaman, pero de veras que hace tuto. El vuelo hizo escala en Buenos Aires, donde el sicoseo con la fiebre porcina era tal, que todos los funcionarios estaban con mascarillas y yo, que no había llevado nada, me puse mi propia mascarilla gracias a que Max tenía una extra, sólo por la paranoia general.

Luego de más de 13 horas de contorsión en los incómodos asientos de Aerolíneas Argentinas y unos cuantos brindis a bordo con vino malo argentino (que lo servían frío a pesar de ser tinto!!!), llegamos a otra escala en Auckland, Nueva Zelanda. Fue corta, pero fue la antesala a lo que vendría en Sidney, sapeando por la ventana de un viejito del que nos hicimos amigo, logramos divisar el mar y lo verde de sus territorios, con una leve lluvia que nos recibía.

Leve lluvia que en Australia se hizo más fuerte, por lo que lo que pensé que sería un recibimiento caluroso y hostigante, fue como estar en el sur con esa brisa refrescante y la lluvia que lavó un poco mi malogrado y mal oliente cuerpo jajaja.

Hay tanto que ver en esta ciudad! Es realmente hermosa, yo pensé que me encontraría con una ciudad típicamente playera y fome, pero de verdad es alucinante. No es una ciudad que abrume por el ruido, al contrario, está llena de gente, pero que no atropella, se le ve feliz caminando entre las mil tiendas de todo tipo. Hoy caminamos por un parque gigante, donde se ubican galerías de arte, iglesias, zonas botánicas y el Opera House. Estoy fatigada de tanto que observo! (Espero poder subir fotos luego!!)

Está repleto de orientales!! La cagó!! En cada rincón se divisan ojos rasgados, hablando por celular, paseándose con pintas top y hasta vimos a un tipo chateando con un teclado virtual!! Cami, hermanis mía: te mueres con todo lo que hay! Tiendas donde sirven té de todo tipo, comidas raras que no están en Patronato claramente, minas con unas tenidas de otro mundo. Hoy comí unos rollos gigantes de sushi, con unos gotarios de soya con forma de pescado. Claramente se tomaron esta ciudad, teniendo mercados completos, siendo fuerza de trabajo en todo lugar, incluído el McDonalds.

En el parque del Opera House había ene pájaros raros, uno que se llama ibis que es horrible pero me cayó bien por lo barsa. Según la Gina, la polola de Forest, estos pájaros se acercan a ti y te roban la comida y les da lo mismo, tengo unas fotos re buenas para que los vean después. Aún no pregunten por koalas y canguros, pues no estamos en zona para verlos.

Me gustaría ser más detallista, pero no me queda rato para hacerlo. Por ahora los dejo, mañana tendré mi propia road movie porque nos vamos a 9 horas de acá en la van de los chiquillos, viendo mil paisajes que tengo ganas de fotografiar!! De hecho, hay mil cámaras la raja, quizá me compre alguna después, al final del viaje pa quedar bien aperada.

En fin, en cada lugar que visito (aunque suene cursi) me acuerdo de ustedes, en los buses y el monoriel Caracho jajaj (me acordé tanto de los Simpsons), la tiendas mutantes orientales Cami, las tiendas de ropa chori Mujerzuelas!! y todos los lugares que me encantaría compartir con ustedes!!

Nos estamos viendo pronto! Espero poder actualizar más o menos seguido, de lo contrario, subo fotos en cuanto pueda, la imagen es todo jajaja.

Se les extraña amigos!

27 abril 2009

Hasta más rato en el futuro...

Mochila a medio hacer, falta de sueño acumulado, muy poco tiempo para dar todos los abrazos más largos y apretados. Las despedidas estuvieron muy buenas, me llevo todo el vino chileno bien puesto para aguantar todo un año sin él.

Me queda la nada y aún no me imagino pisando suelo australiano, ni a los koalas y canguros. Todo en lo que pienso es que en ese avión perderé un poco de vida, en el limbo el cambio de hora me teletransportará 14 horas al futuro.

Ya prometí que para año nuevo saludaría de alguna forma cibernética, mientras ustedes se preparan un rico almuerzo de fin de año. Es raro, pero así nos relacionaremos de aquí en adelante. Así que yo les cuento como está todo en el futuro.

Abrazos y espero unas letras de ustedes para saber si estoy comunicandome con alguien o no!

Ahí se ven!

23 abril 2009

SutilViolento

Últimos días, para no pensar en penas ni ausencias, mejor me pongo a escuchar música. Este tema de Blonde Redhead me gusta mucho, es de estos temas que se te quedan calados al tiro, pero como no le entiendo un carajo a la cantante oriental, recién ahora supe cuál era la letra y le adhirió un poco más de intensidad a la sensación original. Bueno y no me juzguen si ando mamona, creo que se entiende el estado. Muy poco tiempo para muchos estímulos externos jajaja.
Ahí va...
Dearest Jane I should’ve known better
But I couldn’t say hello, I don't know why
But now I think, I think you were sad
Yes you were, you were, you were
What I say, I say only to you
Cause I love and I love only you
Dearest Jane, I want to give you a dream
That no one has given you
Remember when we found misery
We watched her, watched her spread her wings
And slowly, slowly fly around our room
And she asked for your gentle mind
Misery is a butterfly
Her heavy wings will warp your mind
With her small ugly face
And her long antenna
And her black and pink heavy wings
Remember when we found misery
We watched her, watched her spread her wings
And slowly, slowly fly around our room
And she asked for your gentle mind
Gentle mind, gentle mind

12 abril 2009

Sagrados consejos


P: Te conté que me voy a Australia Franco?
F: (serio) Mmm, tengo que darte tres consejos, si no los cumples te mueres...
P: (tratándo de contener la risa) A ver, dale.
F: Primero, no dejes que te pique ningún bicho, segundo, ten cuidado con las serpientes y por último no te alejes de la ciudad...
P: Bueno, lo intentaré
F: No lo olvides!

A la orden!