Este asunto del blog ha estado un poco botado, lo sé. Pero bueno, la idea era actualizar en la medida de que hubieran nuevos sucesos súper cachilupis que contar. La cosa es que hace casi una semana que con las chiquillas hemos estado de días off. Nos quedamos varadas con la pega del campo de porotos, porque la lluvia que se avecinaba llegó por varios días. Así que no les explico el barro que se armó y para entrar con el súper tocomocho 0,4 x 0,4 tendríamos que aún estar intentándolo para sacar todos los palitos.
26 mayo 2009
Viaje a la punta del cerro
12 mayo 2009
Popurrí en Moree
Ya. La última vez que les hablé quedamos en la pega de los palitos, recién comenzaba y todo era súper cachilupi. Aunque no puedo negar que no hay nada más fome que recoger palitos por ocho horas, pero al menos en una semana junté casi mil dólares australianos, unas 400 lucas chilensis. El sueño cangurolandio? Bueno no está nada mal para una sudaca(y periodista más encima!!) acostumbrada a contar las chauchas Je.
Canguros: bichos raros alucinantes
Así que si saco la cuenta, la mitad de los canguros que he visto han estado saltando por el territorio, incluso en la misma pega mientras recojo palitos, y la otra ha estado pegada al asfalto. Pero aún no pierdo la capacidad de asombro cada vez que veo uno, me parece tan raro que exista un bicho así, que pareciera no haber alcanzado a desarrollarse porque apenas tuvo las dos patas que lo afirman al suelo, quiso salir corriendo a sacar la vuelta por el mundo, para disfrutar del verde bosque o acabar reventado a la orilla del camino. Para bien o para mal, estos animalejos nacieron para gozar, con sus manitas cortas y la bolsa donde sacan nuevos cangurillos vacilones. Lo mejor es cuando se quedan parados mirando, como diciendo “que mirai chuchetumare” y luego se retiran saltando feliz de la vida. Se ganaron todo mi cariño.
05 mayo 2009
El sueño de la casa propia...
Hoy trataré de ser menos atarantada en mi relato, a pesar de que estoy re cansada por que sí señoras y señores, ya empecé a trabajar como mano de obra en Australia. Pero antes de entrar a eso les cuento lo que hemos hecho los días antes de llegar a Moree, un pueblito al noroeste de Sidney, bien monono y bonito.
Salimos de Sidney el sábado por la mañana, con la intención de viajar 9 horas de una sola vez hasta la pega, pero el camino se fue haciendo tan entrete que paramos a cada rato y pospusimos nuestra llegada hasta el día siguiente. A todo esto, las carreteras son muy buenas, bien señalizadas y amplias, aunque aún no me acostumbro a ser copiloto en el lado izquierdo de la vía.
La ruta me recordó mucho a Chile, harto verde, árboles frondosos y gigantes, claro que el cielo era infinito porque acá no están encerrados entre cerros y cordillera, cosa que se extraña pero a la vez hace que el horizonte ni se vea y sea posible divisar las tormentas eléctricas de los pueblos lejanos.
Nos dio la noche ese sábado y decidimos quedarnos en una reserva nacional, que parecía resort campestre, con buenos baños y espacio para poner la van y una pequeña carpa donde durmió el Max. Con Forest y la Gina hicimos cucharita en la van, donde tienen una cama de dos plazas y dormimos pirulamente sin pasar frío, porque chicos, no se imaginen los 20 mil grados de calor con las playas y surfistas, la verdad es que las noche son muy frías y por suerte traje mi parka fiel.
La mañana nos sorprendió con lluvia, así que a las 6 tuvimos que rescatar al Max del diluvio y la verdad es que fue para mejor, porque al tiro nos dimos cuenta en la maravilla de lugar que estábamos. El parque daba a una playa interminable, con unas rocas mutantes en donde los pescadores se suben para llegar a sus presas. Vi mis primeros canguros, que rodeaban las carpas, la mayoría de australianos bien equipados que aprovechan el fin de semana y salen bien aperados con las tremendas carpas, parrillas (que les dicen barbacoas pos oye), toldos, etc, como si estuvieran en el living de su casa. Bien diges los australianos debo decir, más adelante describiré a los de provincia que son totalmente lo contrario de los citadinos.
Luego partimos a la playa en la van, vivimos nuestro momento de libertad y frenesí hippie, con el viento en la cara, jugando con las clavas y los juguetes de los cabros, viviendo la vida bella. Sí, sé que suena raro en mí, pero la verdad es que es inevitable, parece que este país te invita a relajarte y ser un poco súper loco, pero no se preocupen sigo siendo la de siempre jeje.
El descanso acabó para volver a la realidad. La pega en Moree, cuyo dato lo dio un amigo chileno de los chiquillos. La cosa es simple: un mono hace la pega y saca doctorado en la cuestión. Es la pega más freak que puedo haber tenido! Se trata de lo siguiente: es una empresa de nueces, la cual tiene una mega granja (la cagó, la cuestión es interminable) con nogales enormes, los cuales son sacudidos por una máquina para botar los frutos y luego pasa otro cacharro que las recoge, pero hay un punto. La máquina no puede avanzar con las ramas que también caen con la sacudida, por lo que ahí entramos nosotros los monicacos que debemos recoger los palitos uno por uno durante ocho horas.
Sí, la cosa suena pajera y lo es mucho. Pero es tan fácil y pagan tan bien (15 dólares la hora) que vale la pena, tanto, que ya decidimos quedarnos dos meses y arrendamos una casa la raja para poder quedarnos Conviene más, ya que somos seis personas, todos chilenos y el espacio es grande, baño y ducha seguros y el barrio es residencial. La verdad no me puedo quejar. Además la gente de la pega es muy buena onda, el supervisor es un serbio que se hace llamar Marco Polo y me dice Paloma Blanca. No sé por qué le dio pero así me llama, la confusión de nombre me persigue hasta hoy Paloms!! Jejeje.
Trataré de escribirles más seguido para no ser tan latera con la extensión del relato jeje. La verdad mi escritura ha sido bien vomitada porque me gustaría tenerlos a mi lado y empezar a contarles todo de una! Y ustedes, como está Chilito! Necesito saber qué pasa. Cuéntenme! Ahí se ven!
01 mayo 2009
Primeras letras...
No tengo mucho tiempo, me gustaría ser súper detallista en todo mi relato, pero puede que se me escape el 90% de lo que tengo que contarles. Estoy en Sidney aún, hasta mañana que emprendemos vuelo hacia el norte para ir a ver una pega de al interior de New South Wells.
El viaje fue realmente agotador. Aún sufro las consecuencias de dormir nada durante casi 24 horas, mi cuerpo funciona sólo por los estímulos que lo llaman, pero de veras que hace tuto. El vuelo hizo escala en Buenos Aires, donde el sicoseo con la fiebre porcina era tal, que todos los funcionarios estaban con mascarillas y yo, que no había llevado nada, me puse mi propia mascarilla gracias a que Max tenía una extra, sólo por la paranoia general.
Luego de más de 13 horas de contorsión en los incómodos asientos de Aerolíneas Argentinas y unos cuantos brindis a bordo con vino malo argentino (que lo servían frío a pesar de ser tinto!!!), llegamos a otra escala en Auckland, Nueva Zelanda. Fue corta, pero fue la antesala a lo que vendría en Sidney, sapeando por la ventana de un viejito del que nos hicimos amigo, logramos divisar el mar y lo verde de sus territorios, con una leve lluvia que nos recibía.
Leve lluvia que en Australia se hizo más fuerte, por lo que lo que pensé que sería un recibimiento caluroso y hostigante, fue como estar en el sur con esa brisa refrescante y la lluvia que lavó un poco mi malogrado y mal oliente cuerpo jajaja.
Hay tanto que ver en esta ciudad! Es realmente hermosa, yo pensé que me encontraría con una ciudad típicamente playera y fome, pero de verdad es alucinante. No es una ciudad que abrume por el ruido, al contrario, está llena de gente, pero que no atropella, se le ve feliz caminando entre las mil tiendas de todo tipo. Hoy caminamos por un parque gigante, donde se ubican galerías de arte, iglesias, zonas botánicas y el Opera House. Estoy fatigada de tanto que observo! (Espero poder subir fotos luego!!)
Está repleto de orientales!! La cagó!! En cada rincón se divisan ojos rasgados, hablando por celular, paseándose con pintas top y hasta vimos a un tipo chateando con un teclado virtual!! Cami, hermanis mía: te mueres con todo lo que hay! Tiendas donde sirven té de todo tipo, comidas raras que no están en Patronato claramente, minas con unas tenidas de otro mundo. Hoy comí unos rollos gigantes de sushi, con unos gotarios de soya con forma de pescado. Claramente se tomaron esta ciudad, teniendo mercados completos, siendo fuerza de trabajo en todo lugar, incluído el McDonalds.
En el parque del Opera House había ene pájaros raros, uno que se llama ibis que es horrible pero me cayó bien por lo barsa. Según la Gina, la polola de Forest, estos pájaros se acercan a ti y te roban la comida y les da lo mismo, tengo unas fotos re buenas para que los vean después. Aún no pregunten por koalas y canguros, pues no estamos en zona para verlos.
Me gustaría ser más detallista, pero no me queda rato para hacerlo. Por ahora los dejo, mañana tendré mi propia road movie porque nos vamos a 9 horas de acá en la van de los chiquillos, viendo mil paisajes que tengo ganas de fotografiar!! De hecho, hay mil cámaras la raja, quizá me compre alguna después, al final del viaje pa quedar bien aperada.
En fin, en cada lugar que visito (aunque suene cursi) me acuerdo de ustedes, en los buses y el monoriel Caracho jajaj (me acordé tanto de los Simpsons), la tiendas mutantes orientales Cami, las tiendas de ropa chori Mujerzuelas!! y todos los lugares que me encantaría compartir con ustedes!!
Nos estamos viendo pronto! Espero poder actualizar más o menos seguido, de lo contrario, subo fotos en cuanto pueda, la imagen es todo jajaja.
Se les extraña amigos!